Pocos meses después de su boda, hace tres años, Clara y Gonzalo decidieron no esperar más e ir a por el bebé. Pero los meses pasaban y Clara no se quedaba embarazada, por lo que consultaron el problema a su ginecólogo. Tras una serie de pruebas, el especialista le explicó a Clara: “En tu caso, no veo ninguna anomalía constitucional ni problema de salud que te impida quedar embarazada. Quizá tu marido debería consultar a un urólogo. De hecho, en casi la mitad de las parejas con problemas para concebir un hijo, el problema está en el varón”.
Causa oculta
Semanas después, una visita al especialista en Urología y una serie de pruebas descartaban también que Gonzalo sufriera problemas de infertilidad. Pero a pesar de las buenas noticias, el embarazo seguía sin producirse. Este año, en marzo, la pareja decidió acudir a la consulta del dr. Juan Antonio García Velasco, director de la Clínica IVI de Madrid. Tras un estudio minucioso del caso, que confirmó las pruebas ya realizadas, el especialista citó a Clara y Gonzalo para una larga entrevista. “Durante la charla, me llamó la atención que Clara se quejara de una serie de síntomas abdominales”, explica. ¿Podría estar su infertilidad asociada a un problema de celiaquía?, se preguntó este especialista. Para el dr. García Velasco, la sospecha tenía fundamento: una serie de estudios recientes señalaban una relación entre la enfermedad celiaca y algunos casos de infertilidad de causa inexplicada. “Uno de ellos publicado hace poco en American Journal of Gastroenterology incluso asociaba esa enfermedad a un mayor riesgo de aborto espontáneo”, explica.
Ante esas hipótesis, el dr. García Velasco derivó el caso al endocrinólogo de la clínica. Pruebas analíticas y una biopsia del intestino confirmaron que Clara padecía celiaquía, una enfermedad digestiva autoinmune caracterizada por la incapacidad para digerir la gliadina, proteína presente en el gluten, componente del trigo, la cebada y el centeno. El sistema inmunitario (las defensas) de las personas sensibles a la gliadina reacciona a esa proteína provocando inflamación y, finalmente, atrofia de las vellosidades intestinales responsables de la absorción de nutrientes. Los síntomas típicos de la intolerancia al gluten incluyen diarrea, erupciones cutáneas e hinchazón abdominal. Aunque muchos adultos afectados no indican síntomas intestinales, la mala absorción de nutrientes por el intestino conlleva a menudo desnutrición, pérdida de peso, anemia, osteoporosis, cansancio, irritabilidad, falta de concentración y, como se ha comprobado ahora, problemas a la hora de concebir un hijo.
“En el estudio italiano que asociaba celiaquía con un mayor riesgo de aborto espontáneo, los investigadores comprobaron que los anticuerpos generados por la respuesta inmunitaria al gluten se dirigen a la placenta y destruyen las células encargadas de nutrir al feto. La consecuencia de esa situación es el aborto”, aclara el dr. García Velasco.
Consecuentemente, el especialista prescribió a Clara una dieta exenta de gluten. Al cabo de varias semanas, los síntomas de su celiaquía remitieron. Hace un par de semanas Clara llamaba al especilista para contarle que el test de embarazo había dado positivo.
“Como dato interesante, las cuatro pacientes con enfermedad celíaca declarada concibieron dentro del año posterior al diagnóstico”, explican los autores del estudio, de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE.UU.).
Fuente: Hoymujer.com
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